En mi casa no hay una canilla que no pierda. Salvo una, que parece que ya desperdició toda el agua del planeta porque no larga ni una gota y se queja con un uhhhhhhhh que me taladra los tímpanos cada vez que la abro. La luz del baño titila como si fuera un boliche; no me puedo poner el tapa-ojeras sin quedar como Michael Jackson en Thriller. Estoy cuasi-incomunicada porque CLARO conspira contra mí y no me carga crédito aunque haya pagado. El tel fijo tiene la batería gastada y no la consigo. Al puff le falta relleno y se me clavan los huesos en el piso cuando me acuesto. No sé que carajo es un router inalámbrico que tengo que comprar para que mi notebook también tenga internet. La hiedra de mi ventana tiene pulgones y hace tres días que sufre sin que yo le ponga insecticida (o pulgonicida, o algo). Voy tres veces por semana al kinesiólogo y mi tendinitis no mejora. Y tengo un agujero en el estómago.
Las nimiedades me aplastan. Y no, no me consuela pensar que otros la pasan mal en serio. Eso ya lo sé, y hoy, me importa un carajo. Y me enferma sonar como un tango, aunque sea electrónico.
He dicho. Carajo.
PD: se abre este espacio para depositar quejas variadas de cosas pelotudas que nos joden la vida.
Las nimiedades me aplastan. Y no, no me consuela pensar que otros la pasan mal en serio. Eso ya lo sé, y hoy, me importa un carajo. Y me enferma sonar como un tango, aunque sea electrónico.
He dicho. Carajo.
PD: se abre este espacio para depositar quejas variadas de cosas pelotudas que nos joden la vida.