sábado, 7 de junio de 2008

Hay que decirlo

http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=3364

La nota, su repercusión y los comentarios, tan antagónicos entre sí y aún así razonables ( en algunos casos), motivaron este post. No pude resistirlo.
Será la primera y única perorata pseudo-feminista defendiendo la posición de las mujeres solas y sin hijos. Prometido.
Sin críticas mordaces ni golpes bajos, también prometido.
Llevo un tiempo largo meditando estas cosas, y no creo hablar desde el resentimiento. Soy de las que le encantaría enamorarse otra vez y ser correspondida (aunque lo admito, tal vez no en los términos de los cuentos de hadas). También me gustaría tener hijos, tal vez… Y he aprendido a disfrutar de la maternidad ajena (siempre y cuando no me obliguen)
Estoy rodeada de mujeres maravillosas, intentando ser excelentes madres, con vocación o sin ella. Algunas son madres por default, como dice Bazán, para otras, fue una elección consciente. Casi todas ellas han encontrado en la maternidad “lo mejor que les pasó en la vida”. Y les creo. Ser madres, lo hayan elegido o no, se convirtió en su centro, su motivo, su sentido, el punto cero de su mandala.
Podemos también discutir cuán consciente es la elección de la maternidad en nuestra aldea… El camino marcado “es ese”, si te separás de él, en letras chiquitas dice: “por favor explique”. De la misma manera, para los que vamos “por colectora”, debo reconocer que esa opción no siempre fue elegida conscientemente. A veces también llegamos ahí por default. No nos salió otra cosa, o mejor dicho, no nos salió tener hijos.
En mis días de furia, me explotan las sienes cuando escucho: …tenés que tener hijos, no sabés lo que te perdés…, o “tenés que pasar por la experiencia”. La última frase la dijo hace un tiempo una de mis amigas más queridas, uno de los últimos bastiones no velados por las hormonas de la maternidad que me quedaba. Sólo con escucharla, sentí una soledad enorme, no porque ya estuviera "del otro lado”, sino porque ya había decidido que ése lado era el mejor (no sólo para ella, sino para todas)
Camino por la vida tolerando esa miradita de reojo, con un toque de pena…
Pooobre…tan liiiinda, tan inteligeeeente, tan simpáaaaatica…y taaaan sola. Como si la compañía de un hombre le diera sentido a tu vida. “No sos”, hasta que el príncipe viene a rescatarte y entonces “empezás a ser”.
Pero estar sola tiene una connotación adicional. No tiene que ver únicamente con una mirada de “pooooooooobre”, sino que implica además “no tenés hijos” o no estás en posición de tenerlos. Entonces, además de sola, sos cuasi estéril. Sos como menos persona…
Y me pregunto... Qué creen que pasa si no tengo hijos? Soy peor persona? Mi vida no tiene sentido? No contribuyo a mejorar el mundo? Iba a tener un hijo que encontrara la cura del cáncer y no me enteré?
En fin, sólo pido tolerancia, sólo pido que todos entendamos que el solo hecho de tener un útero no implica que necesariamente haya que usarlo (todos tenemos un cerebro y mucha gente ni siquiera lo usa! jaja).
Entendamos que no todos leímos el mismo libreto al nacer, y en el mío, el capítulo “maternidad”, decía “tal vez”. Sin embargo, mi libreto estaba tan completo como el de todos, y también tenía un final feliz.

Wakapinka

1 comentario:

Alejandra dijo...

Nada nos completa nunca, es una fantasía. Una es completa todo el tiempo, con o sin marido, con o sin hijos.
No le creo al libreto cultural vigente; a las miraditas de reojo, ni las noto. Yo elijo no tener hijos, y también vivir sola. Y estar sola también, aunque algunas veces sienya nostalgia de otra piel.