martes, 7 de mayo de 2013

Hola Waka querida
Es cierto que esto es muy raro. Pero más cierto es cuánto necesitás saber lo que vengo a decirte. Como tantas otras veces, vengo a traerte un momento de reflexión, aunque ya no puedas acariciarme el pelo mientras alguna idea te da vueltas en la cabeza. Yo también extrañaría eso, en tu lugar. Pero la verdad, estoy en un lugar mucho mejor.
Claro que recuerdo todo lo que pasamos juntas. Tuvimos una vida muy intensa, debo decir. Sabés que te acompañé incondicionalmente siempre, con esa mezcla antagónica de devoción  e independencia que sólo los seres de mi tipo podemos regalar. "En realidad, yo soy su esclava", solías decir refiriendote a mí.
Pero la verdad es que fui totalmente tuya desde que me acurrucaste en tus brazos por primera vez. De ahí en más, nada me dio más seguridad que tu presencia y nada te dio más sensación de pertenencia que la mía. El hogar era ahí donde estábamos juntas. Por eso me llevabas a cada viaje, a pesar de mi malhumor y las dificultades para acomodarme. Por eso yo aguantaba las horas encerrada en el coche (y la náusea que me provocaba...)
Nunca te abandoné en tus noches más turbias, te acordás? Estaba acostada sobre tu almohada mojada de lágrimas aquella noche en que Él volvió, después de meses de ausencia. Pasaron años después de eso, varios novios también... Algunos se fueron después de entender que mi presencia no era opcional en tu vida.
También supe tener paciencia, y esperar por años a que pudiéramos vivir en un lugar mejor. Siempre creí en tu promesa de que algún día podría correr al aire libre y dormitar al sol tanto como quisiera. Y cumpliste. Como cumplí yo, cuando me pediste que te ayudara a cuidar a tu bebé. Supe cederle mi lugar en tu cama, y levantarme cada noche a preparar biberones a tu lado. Disfruté enormemente cuando, pasados unos meses, volviste a abrirme las sábanas para acurrucarme entre tus piernas. 
Claro que recuerdo tu forma de rascarme ese huequito entre las orejas y el cuello. Entonces yo te ronroneaba más fuerte, para que supieras que no debías parar. Y vos ronroneabas conmigo, haciéndome burla. A veces también ronroneabamos juntas, cuando algo lindo nos pasaba.
Claro que recuerdo los tiempos finales, no sé como pasó, te juro... Pero si sé cómo me cuidaste, las largas semanas durmiendo en el suelo a mi lado, cada bocado en mi boca, cada inyección que me diste. No llores, no me hiciste sufrir con tus cuidados, sólo necesitabas que no me fuera, y yo aguanté cuanto pude. Pero no podía dejarte ante tus ojos, por eso elegí aquel único momento en el día en que no estabas para dormirme.
Ahora bien, pasaron muchos meses ya, y tu dolor me trae de vuelta a la superficie, cada una de las tantas veces en el día en que te acordás de mí. No quiero parecer insensible,  pero te confieso que disfruto más cuando el recuerdo tiene que ver con travesuras, pelotas de lana,  y sorpresas de atún abiertas a mitad de la noche. Prefiero que recuerdes mi lengua rasposa en tu cara, mis "rollitos" panza arriba en el piso, o mis "borracheras" de hierba gatera que tanto te hacían reír. Todo eso que ya es tan parte tuya, que es como si nunca me hubiera ido. Todo eso que ningún otro gato va a poder darte, por que ya está adentro de vos. Y ningùn perro, por supuesto. ;-)
Con todo mi amor, Mafalda

6 comentarios:

P. dijo...

Es muy hermoso lo que escribiste.

No puedo evitar ponerme muy muy triste, y estar llorando. Si supieras cómo me acordé de ella y cuánto la extrañé siempre.

Un beso muy grande preciosa Mafi, te quiero muchísimo.

Wakapinka dijo...

Hey P.
Pasaron 8 meses y todavía no puedo hablar del tema sin llorar. Por eso necesitaba leer lo que ella (estoy segura) me dirìa.
Sè cuánto la querías. Creo que tambièn lo escribí para vos.
Beso.
w

P. dijo...

Gracias, querida W.

Hace un tiempo largo que rondaba en mi cabeza que esto algún día ocurriría por obvias razones cronológicas... y que no tendría forma de enterarme para acompañarlas a ambas de algún modo, aunque sea lloriqueando a la distancia. Te agradezco que hayas encontrado un modo de hacérmelo saber en el tiempo apropiado.

El duelo interminable por lo nuestro me forzó a deshacerme en su momento de todas las fotos de aquella época... Aunque sé que es un error, no tengo la entereza para conservar una "caja de recuerdos dolorosos y prohibidos" ya que para el dolor basta y sobra con mi memoria implacable. Aún siendo posterior (o tal vez por serlo) es preciosa la del contraluz. Si no te molesta, ¿no me la mandás? (o la subís a algún lado de donde pueda bajarla). Ayer bajé ésta, la del blog, pero es chiquita. Me gustaría tener algún recuerdo un poco más tangible, además de las cicatrices que dejaron en mi mano y antebrazo (por mi culpa) su uñitas despiadadas aquella tarde en SF.

Le pido a la vida que tu realidad presente y futura, llenas de felicidad, te alivien lo más pronto posible. Sabé que me conduelo con vos profunda y sinceramente.

Gracias de nuevo, de corazón. Beso enorme a vos, a toda tu flia.. y claro que otro grande y eterno para mi querida Mafi.

PD: el otro día ví una foto -buenísima- como portada de tu FB que me conmovió... Un mosaico de colores de un chico precioso que deduje es tu hijo. Te felicito, es simplemente adorable.

PD2: te pido perdón si de algún modo estoy volviendo a vulnerar tu intimidad al exponer estas cosas. En tal caso, sabé que podés y debés eliminar mis comentarios de la publicación, todos o cualquiera, sin que lo tome a mal de ningún modo. Creo que ya te lo había dicho, en tal caso insisto.

Viejex dijo...

Me gustaría saber qué podría yo decir que le reconforte, pero la verdad es que no se me ocurre. Me conmovió el texto quizás porque hace más de un mes que se escaparon de mi casa mis dos perras y las extrañamos horrores.

Besos, Waka.

Wakapinka dijo...

perdon la demora en la respuesta, Viejex.
Gracias por la compañía, espero que hayas recuperado a tus perras para estas alturas.
beso enorme

Una entre tantas dijo...

Llegué aquí por una entrada de Clarissa Pinkola, quise ver el último post y he encontrado esta bella carta...
Que estés donde estés, te encuentres con bien.