viernes, 9 de enero de 2009

La bestia

La presa aún estaba caliente. Lo sentía en sus encías, mientras los colmillos se hundían hasta el hueso. Lo sentía en la sangre que se le escurría entre los dientes y después impregnaba la tierra en un manchón oscuro que luego sería un charco putrefacto. Sólo dos actividades preocupaban sus sentidos: desgarrar su presa y evitar que se la quiten. Sus ojos agudos miraban recelosamente en la negrura, atisbando la aparición de otros ojos hambrientos. Las orejas erguidas, trataban de acallar los golpes del corazón estallando a latidos en las sienes, descontrolados por el esfuerzo físico y la euforia de la caza. No era momento para relajarse. Nada peor que luchar contra un rival menos cansado y más hambriento.
Siguió devorando concienzudamente, mientras se aquietaba su respiración. Ya saciado su apetito, sólo lamía los tejidos deshilachados, empujando con el hocico los restos de lo que antes había sido un ser vivo y ahora era una masa informe de pelos ensangrentados y vísceras rotas.
De pronto, una brisa con olor a bestia lo alertó. Se paró con las cuatro patas defendiendo su presa mientras un escalofrío de miedo y furia le erizaba los pelos del dorso. Y se dispuso a repeler el ataque.
Entonces se despertó, con un gruñido feroz escapando de su garganta humana. Se incorporó hasta sentarse al borde de su cama de sábanas de 200 hilos, con flores amarillas. Reconoció sus pies sin garras mientras los enfundaba en las pantuflas de cuero marrón que le habían regalado la Navidad pasada. Caminó hasta el baño mientras recuperaba el aliento y pensaba en el extraño sueño. Se cepilló los dientes durante largo rato, y usó varias dosis extra de enjuague bucal. Aún le parecía saborear la sangre y el acre olor a intestino roto le inundaba la nariz.
Mientras se anudaba la corbata recordó que el día anterior había pasado 30 minutos seleccionando la ropa que se acababa de poner. Antes de salir, maletín de cuero lustroso en mano, echó un vistazo final a su departamento de soltero de treinta y tantos, medianamente exitoso y felizmente adaptado a los tiempos actuales.
Cerró los ojos y el sueño acudió a su retina. Una inefable sensación de poder lo invadió con el recuerdo de la bestia. Se afirmó bien en sus dos piernas, salió cerrando la puerta con energía y se dirigió a la reunión de la que dependía su ascenso a personal jerárquico de la empresa.

10 comentarios:

Viejex dijo...

Por un momento temi que salgas con la trillada historia del hombre lobo. Por suerte seguiste por otro derrotero, mas original y sorprendente.
Bravo, cara!

El gato vagabundo dijo...

Que lindo es ser bestia cada tanto... sin dictamenes sociales, sin reproches, sin limites... simplemente uno mismo, un instante despues de la concepcion.

La bestia.

Excelente nena... ¿la verdad?, sorprendiste, y bien.

Nati Alabel dijo...

Buenas descripciones. Leíste "La noche boca arriba", de Cortázar? Es un cuento no muy largo, te va a gustar mucho.

El gato vagabundo dijo...

Naty, es uno de los cuentos que me marcaron como "intento de escritor"

No lo recomiendo, exijo que se lea.

Wakapinka dijo...

Viejex: pufff! menos mal que no me dejé tentar por la luna llena. Me alegra que te haya gustado.

Gaturro: me gustó la idea de pensar que nuestros instintos, lo primitivo en nosotros, a veces puede hacerse cargo de aquello que nuestro ser "real", maniatado de urbanidad, no puede.

Nati: gracias! no lo leí, pero YA lo agendo.

Gato2: ta bien, ta bien, ya entendí, pero lo voy a leer porque me lo recomendó Natalia, eh...

Anónimo dijo...

Otro cuento es todo lo que se me ocurre...
Anotá: "ahí pero dónde, cómo", también de Cortázar. Es...un algo así, parecido a cuando lo leí. Un algo así como el sueño.

Te dejo el link y todo, porque no está fácil encontrarlo:
http://www.librosgratisweb.com/pdf/cortazar-julio/octaedro.pdf
Página 28.

Y eso es todo lo que puedo decir.

Beso en subte!

PD: en esa ciudad hay más urbanidad que en la mia. Suerte(?) que la esquivaste, ñoña.

El gato vagabundo dijo...

¿Estas bien?¿Alive?

Anónimo dijo...

Eso!
Me sumo a la demanda gatuna...
"Scooby Doo, where are youuu?"...

Wakapinka dijo...

Toy, tomando aire, hasta de mí misma. Sepan disculpar. Pero siempre vuelvo. Creo.
Gracias por seguir pasando

Viejex dijo...

Tanto aire necesitas tomar? Y si te ponemos un compresor? Cuac!

Besos!